domingo, 18 de agosto de 2013

¿Por qué escribo?


El mejor regalo que me han hecho fue hace casi 13 años, cuando abrieron mis ojos y me introdujeron en el mundo de los trazos. No me mostraron cómo dibujar mi animal favorito, no me dieron simples lecciones para sostener el lápiz entre mis dedos; me dieron la llave para crear un Universo del cual puedo ser reina o plebeya.
¿Cómo es posible obtener  tanto poder por medio de signos? Ni yo misma lo entiendo, sólo sé que cuando empuño  el lápiz también tomo el poder. El poder para decidir, para convertir, crear, destruir, volar, e incluso, para enamorar. Tomo el poder de mí misma al contacto del grafito con el papel.
Se ha vuelto esencial el uso de la pluma en mi vida, sin ella no tendría en mi mente los conocimientos adquiridos, no sería quien soy ahora; tal vez nunca hubiera enamorado al Sol con mis escritos dedicados a la Luna.
Algunos escriben para sobrevivir, para pagar deudas, para dar aviso de algo o por mero placer. Yo escribo para crecer como persona,  para extender  mi mundo e inundarme de personas e historias.
Escribo porque quiero escribir para ti, quiero hacerte creer en lo que yo creo, porque puedo ver el futuro con mis letras, puedo atestiguar tu pasado con mis historias.
Escribo para que no se extinga el arte de enamorar con versos, escribo porque no encuentro algo mejor qué hacer, escribo porque me siento atada o libre, porque estoy triste o esplendorosa. Escribo porque me gusta sentir que soy especial, escribo por placer, por locura, por amor.
 Escribo para florecer, para recordar, para vivir.
Escribo porque quiero ser infinita entre mis párrafos y comas. Escribo por miedo  a morir, a desaparecer.
 Escribo porque sí y porque no.  Escribo para ser inmortal.
Gracias por darme la llave más preciada, la llave con la cual encadeno sílaba tras sílaba. Éste es el presente que siempre quiero vivir: ser una con mis letras y con nadie más.

Karla Paola Choreño