domingo, 22 de marzo de 2015

Proclama Costeña

Ni en cuna de oro
Ni en cuna de paja,
más fortuna la mía:
fui arrullado en hoja de palma.
En mis mañanas porteñas
me calza la arena
y me besa la brisa,
vigilan mis pasos las olas.
Soy canela tallada por el sol.
He pescado sirenas con mi boca.
Guardián de recuerdos
y de mi propio calor.


César Emilio Rosales Cruz