domingo, 22 de marzo de 2015

Epifanía de una nueva piel

Mi vello corporal crece,
a la par de mi ideas,
mis piernas y mi mente se estiran,
me vuelo enorme,
rompo el techo, las ventanas,
no tengo cabida en el salón de clases,
ni en la escuela,
mucho menos en mi cuarto,
ni en la vida de Carlos.
Me vuelvo grande, inmensa,
las ideas salen de mí como mariposas tornasol,
y mi vello crece, mi cabello crece,
mi sexo de mujer crece
y todo lo que me lastimaba.
se vuelve absurdamente pequeño,
hoy el mundo orbita
en torno al dedo meñique de mi mano.


Ana Beatriz Carranza Leyva